The Power of Feeling Authentic
Durante una de mis consultas de imagen, conocí a una mujer que me intrigó de inmediato. Irradiaba calidez, inteligencia y alegría... pero su apariencia parecía apagar esa luz. Vestía de negro casi exclusivamente, e incluso el color de su cabello atenuaba su vitalidad natural. Algo en el contraste entre su personalidad y su presentación captó mi atención.
Mientras hablábamos, su historia se desplegó. Se había graduado como arquitecta muy joven, crió tres hijos mientras construía una carrera exitosa, y llegó a ser muy respetada en su campo. Pero para que la tomaran en serio, en un mundo rodeado mayormente de colegas hombres, creía que necesitaba encarnar cierta imagen: trajes negros, líneas marcadas y una presencia más "masculina". Era su armadura, y funcionó. Prosperó profesionalmente.
Sin embargo, los años pasaron y esa armadura nunca se fue. Incluso en sus cincuenta, vestía de negro cada día; no porque expresara quién era, sino porque simbolizaba quién pensó alguna vez que debía ser.
Esa toma de conciencia fue profunda. Ya no era la joven arquitecta luchando por reconocimiento. Era una mujer que había logrado, evolucionado, y anhelaba expresar un nuevo capítulo de su identidad. Cuando descubrió cómo el color, la forma y el estilo podían alinearse con su yo auténtico, todo cambió. De repente, su vestuario no la ocultaba, la celebraba.
Y aunque la vida cambió debido a la migración, ella eligió redefinir su realidad. Hoy es la orgullosa dueña de su propio negocio en Barcelona, donde recibe a sus clientes en un espacio lleno de calidez, cuidado y la misma autenticidad que finalmente se permitió abrazar.
Su transformación fue más que externa; fue la libertad de vivir como la persona que realmente es.
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